Próximo Presidente de Paraguay deberá evaluar con lupa la relación comercial con Taiwán
El líder de la oposición, Efraín Alegre, compite contra su principal rival y exministro de Finanzas del gobernante Partido Colorado, Santiago Peña, por la banda presidencial.
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Los electores paraguayos acudirán este domingo a las urnas, en unas elecciones generales que servirán como nuevas pruebas de fuego de la creciente influencia de China en América Latina y de la oleada contraria al poder que recorre la región.
El líder de la oposición y candidato presidencial, Efraín Alegre, ha afirmado que Paraguay está perdiendo oportunidades al mantener su relación con Taiwán. Su principal rival, Santiago Peña, ex ministro de Economía del gobernante Partido Colorado, promete preservar la última alianza sudamericana con Taipei, que data de 1957.
El telón de fondo es que Paraguay -una nación sin salida al mar del tamaño de California, en el corazón de Sudamérica- es un gran exportador de alimentos y energías renovables. Aun así, su crecimiento económico ha rondado el 1,2% de media en los últimos cinco años, y aproximadamente una cuarta parte de sus 7,5 millones de habitantes viven en la pobreza.
Las encuestas de opinión pública muestran una carrera muy reñida entre Alegre y Peña, ambos con una amplia ventaja sobre una decena de aspirantes.
Diana Álvarez, mujer paraguaya, espera que una victoria de la oposición se traduzca en un mayor gasto en sanidad pública y policía.
"Quiero que la gente recuerde cuando vote lo que ocurrió bajo el mandato de Mario", dijo en referencia al actual Presidente Mario Abdo Benítez, cuya administración fue objeto de protestas generalizadas por su gestión de la pandemia de Covid-19 y la escasez de medicamentos y vacunas. "La gente murió porque no tenía acceso a la atención sanitaria", afirmó.
La corrupción y la sanidad son temas candentes para Lorena Lesme, dentista de 36 años, que cree que Peña es el más cualificado para dirigir el país. "Su formación y experiencia me convencen más", dijo tras votar en la ciudad dormitorio de Lambare, al sur de la capital.
Es así, como dentro de los ejes fundamentales que rodean a los dos principales candidatos, está el lazo con Taiwán, la corrupción, la economía y los impuestos.
Su aliado Taiwán
Paraguay no puede vender directamente a China sus exportaciones de soja y carne de vacuno, ya que es uno de los pocos aliados diplomáticos que le quedan a Taiwán. Esa relación está ahora en juego mientras una coalición de conservadores e izquierdistas intenta desbancar al Partido Colorado, plagado de escándalos, que sólo ha perdido las elecciones presidenciales una vez desde el final de la dictadura de Alfredo Stroessner en 1989.
"La pérdida de Paraguay sería simbólica y también podría desencadenar una reacción en cadena en la que los restantes socios de Taiwán en la región cortaran sus lazos", dijo Benjamin Gedan, director del programa para América Latina del Wilson Center.
El eventual ganador de las elecciones se enfrentará probablemente a la presión de los grupos empresariales para, como mínimo, negociar mejores condiciones de comercio e inversión con Taiwán, dijo la analista de política exterior de Paraguay Julieta Heduvan.
"Hay descontento en todo el espectro político con lo que Taiwán ofrece a Paraguay", dijo.
Corrupción paraguaya
La corrupción es un tema electoral clave después de que el gobierno estadounidense sancionara a dos dirigentes del Partido Colorado, el vicepresidente Hugo Velázquez y el ex presidente Horacio Cartes, por presuntos sobornos y vínculos con el terrorismo.
Alegre describe su coalición como un agente de cambio en un país que, según él, pierde US$ 2 mil millones al año por culpa de la corrupción. Este político de carrera, de 60 años, se ha comprometido a sanear un sistema judicial ampliamente considerado corrupto y a conseguir que Paraguay obtenga la calificación de país inversor, lo que permitiría poner en marcha nuevos proyectos por valor de miles de millones de dólares.
Las sanciones de Estados Unidos y el enfrentamiento con el presidente saliente, Mario Abdo Benítez, han frenado los esfuerzos de Peña, de 44 años, por convencer a los votantes de que respalden un tercer gobierno colorado consecutivo. Sin embargo, la amplia base de votantes del partido y su arraigada presencia lo convierten en una fuerza a tener en cuenta.
Economía e impuestos
Alegre y Peña prometen proteger la estabilidad económica y gastar más en servicios sociales como educación y sanidad sin tocar las bajas tasas impositivas.
Alegre promete recortar el gasto superfluo y recuperar el dinero perdido por la corrupción para financiar sus programas. Peña quiere recaudar más impuestos impulsando el crecimiento.
"A pesar de la elevada incertidumbre sobre el resultado de las elecciones, no vemos grandes riesgos de discontinuidad de la política económica en un escenario en el que Peña o Alegre asuman el cargo, y mantenemos una perspectiva constructiva sobre el país", escribieron los analistas de JPMorgan Chase & Co en un informe.
Los bajos impuestos y las costosas promesas de campaña podrían presionar al próximo presidente para obtener concesiones de Brasil desde el principio, cuando ambos países renegocien la distribución de energía y las tarifas de la enorme presa hidroeléctrica de Itaipú.
"Un acuerdo es de enorme importancia para el presupuesto de Paraguay y su capacidad para invertir en infraestructuras críticas y luchar contra la pobreza", dijo Gedan.